LOGÍSTICA DIGITAL. Como la industria 4.0 puede transformar radicalmente la logística de las empresas.

Introducción histórica. Las cuatro revoluciones

A lo largo de los años, las empresas han desarrollado diferentes tecnologías para hacer más eficientes sus procesos de producción. En cada uno de esos momentos se produjo, por decirlo de algún modo, una cierta “revolución industrial” dada la magnitud de los cambios incorporados. Así, en el siglo XVIII, la introducción de la máquina de vapor, que vino a sustituir a la fuerza animal, se dio en llamar “Revolución industrial” y, siendo la primera, la conocemos hoy como Industria 1.0.

La llegada de la energía eléctrica en el siglo XIX y la introducción del concepto industrial de cadena de producción y trabajo en serie (fordismo y taylorismo), principios del siglo XX, puede ser considerada como la segunda revolución, Industria 2.0.

Posteriormente, en la segunda mitad del siglo XX, la automatización de la producción con la intensificación del uso de la electrónica, dio lugar a la tercera revolución, Industria 3.0.

En la actualidad, la inter conexión digital de la información, propiciada por los recientes avances en la tecnología de la información y la comunicación, hacen que se identifique a esta etapa, en la que estamos inmersos, con el término Industria 4.0, término acuñado en la feria de Hannover en 2011.

La logística no queda ajena a las posibilidades que brinda esta integración del mundo digital y el mundo físico, por lo que el término 4.0 de la industria se trasvasa de pleno a la logística, y así hablamos de Logística 4.0. ¿Y qué es exactamente la “Logística 4.0”? Antes de responder a esta pregunta, aclaremos algunas cuestiones e indaguemos brevemente en el estado actual de algunos temas.

Las cadenas de suministro y la logística

Administrar una Cadena de Suministro incluye planificar y gestionar todas las actividades involucradas en el suministro para garantizar el cumplimiento de pedidos de nuestros clientes. Ello implica coordinar y colaborar con los miembros de la Cadena de Suministro, los cuales pueden ser proveedores, intermediarios, prestatarios de servicios logísticos y clientes.

En esencia, la administración de la Cadena de Suministro integra la gestión de la demanda dentro, y a través, de las empresas. La gestión logística, o logística en general, es la parte de la administración de la Cadena de Suministro que planifica, implementa y controla la eficiencia de los flujos directos e inversos, el almacenamiento de las mercancías, los servicios y la información entre punto de origen y punto de consumo con el fin de satisfacer los requerimientos de los clientes.

La Logística es responsable, por tanto, del estudio del flujo material y el flujo informativo asociado al mismo, desde el suministrador hasta el cliente. Esta responsabilidad supone la gestión de aprovisionamientos, la gestión de producción y la gestión de la distribución física.

La mayor parte de las Cadenas de Suministro de fabricación han sido diseñadas para distribuidores en un mercado de masas y las tareas principales consistían en trasladar palets llenos en camiones completos y así ha sido su funcionamiento históricamente. Sin embargo, las empresas están ahora frente al reto de transportar cajas pequeñas o paquetes (incluso unidades), cargas, por tanto, unitarias, con altos niveles de personalización, para lo que las cadenas de suministro actuales no están suficientemente preparadas.

Relativo a los flujos de información, para cualquier responsable de logística no es una novedad la cantidad voluminosa de datos a manejar en una Cadena de Suministro extendida, “desde el proveedor de nuestro proveedor al cliente de nuestro cliente”, para poder afinar los procesos de la logística. La necesidad de coordinar adecuadamente todos los eslabones de la Cadena de Suministro ha quedado siempre patente en la logística; así, es para todos conocido el famoso efecto látigo (Bullwhip effect), que amplifica el inventario de una cadena de suministro cuando los diferentes eslabones de ésta se encuentran aislados y no se desarrolla una comunicación eficiente entre ellos.

Big data e información. Los nuevos retos

En nuestras cadenas de suministro, hasta hace no muchos años, el problema era conseguir una información adecuada para el análisis (previsión de demanda, por ejemplo), pero hoy, el problema se transforma.

Debido a la digitalización, todo lo que hacemos deja un rastro digital que nos puede servir para su análisis, por lo que la cantidad de datos de la que disponemos es enorme (masiva, o “Big data”). Somos conscientes de generar información cuando registramos nuestra entrada en un puesto de trabajo, cuando damos con ello inicio a una orden de producción o cuando esta orden es completada, cuando consultamos nuestro correo electrónico, cuando accedemos a una página web y aceptamos su política de cookies, cuando realizamos un pago con tarjeta, o con el móvil, o cuando hacemos la reserva de un vuelo. Sin embargo, en otras muchas ocasiones, no nos damos cuenta que generamos información, como cuando conducimos por una vía donde están contabilizando el número de automóviles por minuto, cuando se sigue nuestra navegación por internet o cuando, en un futuro que ya está aquí, nuestro frigorífico informe de puntos de pedido de determinados alimentos.

Y los continuos avances tecnológicos, tales como la expansión de internet, la posibilidad de almacenar datos en la nube o la velocidad de acceso a estos datos, plantea el problema de falta de eficiencia de los medios tradicionales de procesamiento para analizar toda esta información y obtener patrones y correlaciones de datos de los cuales extraer conclusiones adecuadas.

El análisis estadístico clásico (medias, varianzas, …), por ejemplo, ya no es suficiente para extraer la información adecuada y los más recientes algoritmos de Data Mining[1], tales como redes neuronales, árboles de decisión, …, que basan su efectividad en la potencia de cálculo de los actuales procesadores de nuestros ordenadores acortando el tiempo de cálculo, tienen el hándicap de ofrecer la información a posteriori.

Sin embargo, Big Data nos permite analizar esta información en tiempo real, prácticamente en modo automático, combinando esta ingente cantidad de datos, que presentan una naturaleza no estructurada en su gran mayoría (como por ejemplo weblogs, RFID, datos de sensores, búsquedas en internet, …) con datos estructurados (habitualmente bases de datos relacionales) como un ERP (Enterprise Resource Planning) o un CRM (Customer Relationship Management).

Herramientas como éstas integradas con el Big Data permiten mejorar el nivel de servicio a nuestros clientes prediciendo su comportamiento, a través de patrones y tendencias en los datos, y ajustando ofertas de productos y servicios de acuerdo a los perfiles del cliente. Y todo ello basado en la experiencia real de compra, lo cual permite que nuestras cadenas de suministro produzcan exactamente lo necesario, sin sobre producción, reduzcan al mínimo sus stocks de producto terminado y en curso, sus stocks de materias primas y componentes, optimicen sus rutas de distribución y un largo etcétera de beneficios que contribuyen a la disminución de costes en la logística.

IoT o Internet de las cosas

Por otro lado, la aparición del concepto IoT (Internet of Things), o Internet de las cosas, un concepto amplio de la simple conexión a internet de nuestros ordenadores o smartphones, que es, ni más ni menos, que la conexión a internet de todos aquellos aparatos no habitualmente concebidos para ello como, por ejemplo, electrodomésticos de uso cotidiano (frigoríficos, puertas de casa, portón de nuestros coches, …) o, en un ámbito menos doméstico, las estanterías del lineal de un supermercado, el estado de producción de una determinada línea, permite tener acceso a la información generada por dichos objetos. Claro está que necesitamos dotar a estos objetos (las cosas) de dispositivos (sensores) que extraigan información relevante de los mismos.

e-Commerce y Omnicanalidad

Además de toda la repercusión en la Cadena de Suministro que los temas anteriormente citados tienen, no podemos obviar el hecho de la cada vez mayor relevancia que la compra por internet tiene para la logística.

Tradicionalmente, un fabricante enviaba sus productos a un distribuidor, el cual lo almacenaba, previa su distribución a una serie de tiendas donde el cliente iba a adquirir el producto. Hoy en día se integran todos los posibles canales de venta, omnicanalidad, lo que desde un punto de vista operativo significa:

  • Que se pueden hacer pedidos on line a través de móvil, ordenador, tablet, … o en el concepto off line de toda la vida, que es ir a la tienda físicamente.
  • Que se puede servir el producto desde cualquier punto de la red de tiendas, desde el centro de distribución o directamente desde el fabricante.
  • Que se debe enviar el producto allí donde se necesite ya sea el domicilio del cliente, un punto de entrega de conveniencia o a una tienda propia de nuestra red.

El llamado e-commerce, o compra “on line”, impacta, no sólo en la necesidad imperiosa de conocer el inventario disponible en tiempo real, sino en la urgente necesidad de mantener un nivel de servicio, y, por ende, de inventario, adecuado en nuestros almacenes para evitar roturas. Además, esto se produce en un entorno donde la omnicanalidad de nuestros productos es cada vez mayor, esto es, el canal de compra es altamente variado, la oferta que deben ofrecer las empresas es altamente variada y, en este entorno, el propio punto de venta físico puede llegar a convertirse en almacén para una venta electrónica si el cliente así lo demanda (Click & Collect).

Este concepto de omnicanalidad necesita integrar diferentes tecnologías básicas de las operaciones tales como inventario, medios de pago (preferentemente pago por dispositivo móvil), distribución y entrega y programas de fidelización, en lo que podemos intuir datos, datos, datos y más datos.

Diferentes estrategias de venta en internet como el concepto Drop shipping (vender productos a través de una web que pertenecen, y son producidos, por un fabricante o mayorista el cual, al realizar la tienda on line una venta, lleva a cabo el proceso de picking, packing y envío al cliente final), obligan a que la colaboración entre los diferentes actores de la cadena de suministro extendida sea crucial, por lo que parece que ya tenemos “la tormenta perfecta”.

Blockchain en la logística

Pero una vez más, la tecnología, y sus paradigmas, vienen a ayudarnos. Blockchain (cadena de bloques) permite la colaboración entre estos actores en base a un registro, no manejado por una entidad central (base de datos común), sino en base a un registro distribuido que garantiza la seguridad de cada transacción, aportando la confianza necesaria. Y lo que es más importante, trabajando a similitud de lo que es un libro mayor en contabilidad, registrando todas las transacciones entre nodos de la red (conjunto de ordenadores conectados entre sí) desde la creación de la red blockchain.

Híper conectividad

Bien, vistos los grandes retos a los que la logística debe hacer frente en una etapa donde la velocidad, y más que la velocidad, la inmediatez de los procesos es una necesidad, ¿cómo podemos aprovechar los mismos riesgos que plantea la híper conectividad en herramientas de la logística? Las empresas de transporte, por ejemplo, se centran en maximizar la eficiencia de su cadena de suministro para mantener su rentabilidad; sin embargo, para alcanzar este nivel de rendimiento, deben realizar mejoras de un extremo a otro de su cadena.

La visibilidad completa de toda su cadena facilita la toma de decisiones más efectivas y minimiza los retrasos. La radiofrecuencia (RFID) y los escáneres de códigos de barras, se han convertido en importantes factores en la visibilidad y las operaciones de la cadena de suministro, y así son herramientas bastante extendidas. Muchas empresas de transporte y logística que utilizan RFID están alcanzando el 100% de precisión en el envío y recepción, 99,5% en precisión del inventario, 30% de reducción en tiempo de proceso de pedidos y 30% de reducción en costos de personal. Si bien este tipo de soluciones ya han ayudado a las empresas de transporte a mejorar a lo largo de los años, aprovechar las nuevas tecnologías como IoT, puede brindar aún más información, lo que llevará a mejores decisiones. Por ejemplo, será posible optimizar nuestras rutas en tiempo real en función del estado real del tráfico en cada instante o de variables climatológicas, será posible incorporar sensores en nuestras cargas refrigeradas y así, en función de las mediciones de éstos, garantizar nuestra cadena de frío, … En nuestros almacenes, disponer de drones para efectuar un inventario de todos los SKU a través de lectura de bultos en ubicaciones en altura, es ya hoy una realidad en muchas empresas. En los puntos de venta el realizar una compra en directo sin necesidad alguna de inventario expuesto en el lineal es también una realidad a día de hoy.

Situación actual de las empresas

Sin embargo, todo lo anterior todavía está al alcance de muy pocas industrias, o sectores, porque la generalización de todas estas prácticas es todavía escasa en nuestro entorno.

Hay canales como los de distribución masiva, FMCG (Fast Moving Consumer Goods) o CPG (Consumer Packaged Goods), de productos de alta rotación como alimentos, bebidas o perecibles, donde ya se han dado pasos de gigante en la mejora de procesos operativos; así, es frecuente que las mayores empresas dispongan de avanzados sistemas de gestión de almacén (SGA o WMS, Warehouse Management System) para efectuar un rápido reaprovisionamiento de los puntos de venta, conseguir una alta eficiencia de los procesos operativos de sus almacenes (recepción, ubicación, picking, packing, …) y de sistemas de gestión de transporte (TMS o Transport Management System) para optimizar su distribución.

En general, y volviendo a las operaciones de almacén, muchas empresas han optado por incorporar todo lo que la tecnología puede ayudar en términos de reducción de coste y disminución de errores. Así, es frecuente ver operaciones asistidas, como ya comentamos, por lectores de código de barras, procesos de picking por voz, registros por radio frecuencia, dispensadores automáticos, sistemas de guiado por luz para operaciones pick to light y put to light … Y todo ello, por la imperiosa necesidad de reducir plazos, reducir errores y aumentar el nivel de servicio al cliente.

No olvidemos que las constantes exigencias del comercio electrónico, en auge constante con crecimientos anuales porcentuales de dos dígitos, obligan a las empresas, que ya están consiguiendo plazos de entrega de un día, a pensar en plazos de entregas de horas tras la recepción de un pedido (same day shipping).

Parece que todo apunta a que en el futuro la impresión 3D sustituya gran parte de nuestro inventario, que la operativa de almacén sea realizada por robots y que la última milla sea hecha por drones.

Y, después de todo esto, ¿cuál es el camino a recorrer?

En nuestra opinión, el primer paso es que cada empresa identifique el estado de su situación actual en relación con la Logística 4.0 realizando un adecuado diagnóstico de sus procesos, para, a continuación, establecer cuáles han de ser los procesos más adecuados a su realidad y, en base a estos, cuáles han de ser los sucesivos pasos a dar en la implementación de diferentes herramientas.

Habitualmente es necesario que la empresa se apoye en consultores externos que la ayuden a configurar y poner en marcha un proyecto de colaboración para realizar este diagnóstico y el modelado posterior. ¿Y por qué debe hacerlo apoyándose en proyectos de consultoría? En primer lugar, porque lo urgente en la empresa nunca deja tiempo para lo importante y, en segundo lugar, porque el expertise de consultores externos ayuda a las empresas a disminuir el tiempo de proyecto y permite la incorporación de mejores prácticas (best practices).

Es importante asimismo destacar la importancia, a la hora de la elección de la empresa consultora, de dos aspectos fundamentales de su metodología en este tipo de proyectos:

  • Se precisa de consultoras que analicen en profundidad la realidad de la empresa, cuantificando numéricamente los diagnósticos, para evitar caer en diagnósticos generalistas.
  • Se precisa de consultoras que incluyan en su metodología tareas de optimización y de análisis de escenarios (análisis what if), para poder determinar diferentes escenarios objetivo factibles para la empresa.

Y, por supuesto, las empresas deben buscar calidad en los entregables de consultoría. Así, típicamente, un proyecto de este estilo debe contemplar en sus entregables:

  • La definición detallada del Modelo de Procesos de planificación ad hoc a la situación de la empresa y a sus necesidades de largo plazo. Definición que ha de incluir necesariamente los procesos de planificación tanto operativos, semanal y diario (programación), como tácticos, trimestral, mensual y anual, como estratégicos, trienal y sus correspondientes ajustes periódicos (procesos rolling).
  • La definición detallada del Modelo de Procesos operativos de almacén, tales como:
    • Recepción.
    • Ubicación.
    • Almacenaje.
    • Picking.
    • Preparación de envío.
    • Packing.
    • Expedición.
    • Inventario.

Modelos de procesos en los que, de acuerdo a metodologías BPMN, Business Process Model and Notation, se definen:

  • Tareas a realizar y secuencia de las mismas.
  • Roles implicados que determinan la matriz de asignación de responsabilidades, o matriz RACI, donde se explicitan:
    • Responsables de la ejecución de dichas tareas (Responsible).
    • Aprobador del resultado de una tarea (Accountable).
    • Personas de la empresa con las cuales se consulta (Consulted).
    • Personas de la empresa a las cuales se informa (Informed).
  • Momentos en el tiempo o eventos disparadores (triggers).
  • Flujos de comunicación entre los diferentes departamentos de la empresa o entre la empresa y agentes externos (proveedores y clientes).
  • Requerimientos a los sistemas de información, necesarios para dotar a nuestros procesos de las herramientas más productivas para el soporte a la ejecución de los mismos, definidos en el modelo a nivel de tarea. Típicamente, herramientas para:
    • Previsión de demanda.
    • Workflow de tareas, para procesos colaborativos de alineación comercial frente a presupuestos y previsiones sin restricciones (procesos Sales and Operations Planning, S&OP).
    • Gestión de almacén.
    • Optimización de rutas.
  • Modelo de Gestión del cambio, esto es, cómo conseguir la alineación de todas las partes de la empresa, a saber, Planificación, Aprovisionamiento, Comercial, Producción y Logística (de entrada, en empresas integradas verticalmente, y de salida, inbound & outbound logistics) de acuerdo al modelo definido; típicamente adoptamos en nuestros proyectos el modelo SCOR (Supply Chain Operations Reference) del SCC (Supply Chain Council), que distingue cuatro grandes categorías en la cadena de suministro:
    • Planificación (Plan).
    • Compras (Source).
    • Producción (Make).
    • Distribución (Deliver).
  • La identificación de áreas de mejora con acciones de corto plazo (quickwins), que ayude a la empresa a recuperar la inversión de este proyecto previo.
  • Y ya en la puesta en marcha de procesos y sistemas es necesario poner especial énfasis en la evolución de los indicadores identificados como clave para medir el correcto desempeño de todo lo diseñado y verificar que las metas intermedias en el proceso de cambio se van consiguiendo, garantía de cumplimiento del objetivo final.

[1] Minería de datos. En general, los datos son materia prima bruta. En el momento que de ellos se deriva algún significado se convierten en información. Data mining busca patrones, comportamientos, secuencias o tendencias que puedan generar algún modelo que nos permita convertir los datos en información para ayudar a la toma de decisiones. Lo que hace el data mining es reunir las ventajas de varias áreas como la estadística, la inteligencia artificial, la computación gráfica, las bases de datos y el procesamiento masivo.


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